martes, 2 de diciembre de 2014

GRAN MARISCAL DE AYACUCHO: Relación con Simón Bolívar y asesinato del Mariscal Sucre



Antonio José de Sucre y Alcalá, conocido como el “Gran Mariscal de Ayacucho” fue considerado como el militar más completo y cabal de los próceres de la independencia, nació el 3 de febrero de 1795 en Cumaná, estado Sucre, Venezuela, en el seno de una familia de gran riqueza y distinción dentro de la sociedad, hijo del Teniente Vicente de Sucre y Urdaneja y María Manuela de Alcalá

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En su adolescencia es enviado a Caracas, donde su padrino, el arcediano de la Catedral, presbítero Antonio Patricio de Alcalá, para estudiar Ingeniería Militar, inicia la carrera militar y en 1810 fue ascendido a alférez del ejército patriótico.

          Participa en la campaña del Generalísimo Francisco de Miranda en el año de 1812 contra los realistas, donde es ascendido a teniente.

Debido a la represión realista se refugia en la isla de Trinidad, ya para el año de 1813 regresa a Venezuela, iniciando una campaña en su ciudad natal y organizando el Ejército de Oriente, es nombrado teniente coronel debido a los éxitos logrados.

En 1814, como Edecán del General Mariño, asiste a la unión de las fuerzas del Oriente con las de Occidente en los valles de Aragua, pero su ejército es derrotado en Aragua y Urica, y tuvo que buscar refugio en las Antillas.

En 1815, regresa con nuevas fuerzas y participa en la conquista de Cartagena de Indias, desde donde pasa a combatir en Guayana y el Orinoco.

En 1816, Mariño lo nombra Jefe de su Estado Mayor y lo asciende a Coronel, después lo designa, Comandante de la Provincia de Cumaná en el año 1817.

El 17 de septiembre de 1817, Antonio José de Sucre recibió de Simón Bolívar la designación de Gobernador de la Antigua Guayana y Comandante General del Bajo Orinoco.

El 7 de octubre de 1817, es nombrado Jefe de Estado Mayor de la División de la Provincia de Cumaná, bajo las órdenes del General Bermúdez.

En 1818, se dirige a Angostura, donde Simón Bolívar había instalado su cuartel general, se convierte en uno de los mejores lugartenientes, ganándose la amistad y el respeto del Libertador Simón Bolívar.

En agosto de 1819, es ascendido a General de Brigada por Francisco Antonio Zea encargado del poder ejecutivo y presidente del Congreso venezolano y ratificado por Simón Bolívar el 16 de febrero de 1820.

En noviembre de 1820, es nombrado delegado de la Gran Colombia para concertar los Tratados de Trujillo sobre armisticio y regularización de la guerra.

El 11 de enero de 1821, fue nombrado en Bogotá Comandante del Ejército del Sur, el 24 de mayo de 1822 gana la batalla de Pichincha liberando a Ecuador. Simón Bolívar lo asciende a General de División y lo nombra Intendente del departamento de Quito.

Elegido provisionalmente por el Congreso como Presidente del Perú, desde el 23 de junio de 1823 hasta el 17 de julio de 1823.

Participa en las operaciones que dan el triunfo de los republicanos en la batalla de Junín el 6 de agosto de 1824.



            El 9 de diciembre de 1824, vence en la Batalla de Ayacucho, donde se pone fin definitivo al dominio colonial español en América del Sur. Estos triunfos son recompensados por el parlamento peruano con el nombramiento de Gran Mariscal de Ayacucho y General en Jefe.

El 6 de agosto de 1825, en el Alto Perú, Antonio José de Sucre proclamó la República de Bolivia y es elegido como presidente vitalicio, organizando la Administración general y la Hacienda Pública, promovió la libertad de los esclavos y el reparto de las tierras a los indios, renuncia al cargo en el año 1828 a raíz de los motines y la presión de los peruanos opuestos a la independencia boliviana.

            Se retira a Ecuador acompañado de su hija y de su esposa, la marquesa de Solanda.

En 1829, Colombia requiere sus servicios para dirigir el ejército que enfrentará la ofensiva peruana en el sur del Ecuador. El 27 de febrero de 1829, gana la Batalla del Portete de Tarqui.

El Mariscal Antonio José de Sucre regresa a Bogotá y después a su regreso para encontrarse con su familia en Quito, Ecuador, es asesinado a traición, en la montaña de Berruecos en el sur de Colombia, el 4 de junio de 1830. Sus restos descansan en Ecuador, en la Catedral Metropolitana de Quito.


GRAN MARISCAL DE AYACUCHO RELACION CON EL LIBERTADOR SIMON BOLIVAR


        Un amigo es una imagen que tienes de ti mismo”, escribió Robert L. Stevenson, y quizás es así, los vínculos que establecemos con los demás serán mucho más profundos, mientras más reflejen nuestras intenciones e intereses, mientras más se parezcan a los valores que inundan nuestra personalidad.


Según el escritor escocés, quien narró historias de aventuras y personajes fantásticos, no hubiese podido contar la historia real del afecto que unió a dos de los más grandes hombres y sus periplos en busca de la libertad y la unión de los pueblos de América: Sucre y Bolívar. Así como tampoco hubiese podido relatar la vida de un personaje, que al dejar el mundo de un modo trágico, dejó también la estela de sus acciones, claves en las vidas de tantos otros que lo hemos sobrevivido, tal es el caso del Gran Mariscal de Ayacucho.
Antonio José de Sucre, quien nació en Cumaná el 3 de Febrero de 1795, al igual que Bolívar sufrió importantes pérdidas, la primera a los 7 años cuando quedó huérfano de madre y fue enviado a estudiar a la capital. Quizás fue a esa edad cuando comenzó a forjar su disciplina, valor y método para desenvolverse en el mundo. Teniendo que madurar muy joven, por su condición de huérfano, muy temprano supo lo que quería ser en la vida: militar.


En 1809, junto a su hermano se incorporó como cadete en la Compañía de Húsares Nobles de Fernando VII en Cumaná. De ahí en adelante, su desempeño bajo las órdenes del General Miranda, sus experiencias con Mariño, Piar, Bermúdez y Valdés le otorgaron luz y brillo a su carrera heroica y valiente por América: “Siempre se distinguía por su infatigable actividad, por su inteligencia y por su valor” escribió Bolívar sobre Sucre en 1825.
“En medio de las combustiones que necesariamente nacen de la guerra y de la revolución, el general Sucre se hallaba frecuentemente de mediador, de consejero, de guía, sin perder nunca de vista la buena causa y el buen camino” también dijo el Libertador de quien en 1822, es nombrado Jefe del ejército de Colombia, donde logra la independencia de las provincias de Ecuador en las batallas de Río Bamba y Pichincha.
Sucre participa en la batalla de Junín y gana la de Ayacucho en 1824, con lo cual logra el título de Gran Mariscal, aunque a decir del Libertador sus méritos como militar quedaban opacados si se le comparaban con su calidad humana, entrega, pasión y disciplina por un sueño común con Bolívar: la consagración de una América unida y revolucionaria.
Sucre y Bolívar estaban unidos por causas comunes: el trabajo continuo y disciplinado por alcanzar las metas que lo llevasen en la dirección de sus aspiraciones para América. Una de ellas en 1825, cuando ocupó el territorio del Alto Perú, que se independizó del gobierno de Buenos Aires, adoptando el nombre de Bolivia, de cuyo gobierno sería Sucre su primer presidente por dos años.
 Lealtad que trasciende los tiempos

“Más no son palabras las que pueden explicar los sentimientos de mi alma respecto a usted, usted los conoce, pues me conoce mucho tiempo y sabe que no es su poder, sino su amistad la que me ha inspirado el más tierno afecto a su persona. Lo conservaré, cualquiera que sea la suerte, que nos quepa” sentidas palabras que escribió Sucre a Bolívar el 8 de Mayo de 1830, desconociendo por completo que “la suerte” a la que hace referencia no sería piadosa, al menos con el destino propio y el de su amigo.
Afortunadamente, la posteridad se ha encargado de reivindicar sus sueños, sus ideas y valores, al formar éstas parte de los procesos políticos que se viven en América Latina, con Venezuela como eje fundamental.
“En todas partes cuente con los servicios y la gratitud de su más fiel y apasionado amigo” finaliza Sucre aquella última carta, reflejando su espíritu de adhesión y lealtad absoluta no sólo a un hombre, si no a los ideales que éste representaba, los mismos que han sido transmitidos en América entre las generaciones subsiguientes. Siendo estos últimos años, la prueba fehaciente de que en América Latina, no han dejado morir las ideas de estos hombres que dejaron su vida en pos de un sueño común.
             Sucre fue asesinado en Berruecos el 4 de Junio de 1830.

EL ASESINATO DE MARISCAL ANTONIO JOSE DE SUCRE

El asesinato del Mariscal Antonio José de Sucre fue uno de los acontecimientos más trágicos de la historia latinoamericana. El Mariscal Sucre fue un político y militar, prócer de la independencia latinoamericana, nacido en Venezuela en el año 1795. Fue presidente de Bolivia y Perú, y desarrolló una fuerte amistad con el General Simón Bolívar, gracias a sus ideas similares acerca de la libertad de los países latinoamericanos y la unidad de la Gran Colombia. 
Antonio José de Sucre aportó mucho en las guerras de independencia: redactó un documento de armisticio, el ¨Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra¨, que Bolívar firma con el general español Pablo Morillo, el 26 de noviembre de 1820, y fue su primera actuación diplomática y el fin de la guerra a muerte iniciada en 1813. Gracias a esto se convirtió en pionero de los derechos humanos. También participó junto a Bolívar en batallas como la de Junín, donde venció al virrey La Serna en Ayacucho, lo cual llevó al fin del dominio de los españoles en la parte Sur del continente Americano, por lo cual lo nombraron Gran Mariscal y General en Jefe de los Ejércitos. 

              En 1830, en un momento en que la Gran Colombia se encontraba en un proceso de separación, Sucre visitó Bogotá, especialmente por movimientos separatistas de como el de la Cosiata en su país natal, Venezuela. En la Reforma Constitucional de este año en la Gran Colombia, enemigos del Mariscal logran poner la regla de que el presidente o vicepresidente debían tener por lo menos 40 años de edad, mientras Sucre tenía sólo 35. Esto es probablemente una causa de su asesinato. Mientras el Mariscal Sucre viviera, la Visión de Simón Bolívar continuaría, junto con la unidad de los países constituyentes de la Gran Colombia, y esto es algo a lo que los enemigos se oponían.

              Después de terminar el Congreso Admirable, el Mariscal se preparaba para reunirse con su esposa, doña Mariana Carcelén, en Quito. Salió con una caravana de Bogotá, pero cuando pasaba por las montañas de Berruecos, cerca de Pastos, fue asesinado vilmente, con dos balazos superficiales en la cabeza y uno en el corazón, para consolidar la unidad de la república gran colombiana. El asesino fue Apolinar Morillo, junto con 3 cómplices que fueron eliminados misteriosamente meses después del asesinato de Sucre. Morillo cometió este crimen por órdenes del general José María Obando, quien nunca estuvo de acuerdo con los planes del General Bolívar y el Mariscal Sucre. Obando, hombre de ambiciones políticas personales insospechables, fue acusado por el asesino principal de ser el principal autor intelectual del complot. Sin embargo, hay varias versiones de la historia, pero la mayoría apuntan a José María Obando y a Juan José Flores. Otros historiadores apuntan al General Isidoro Barriga por motivos sentimentales, pues un año después se casó con la viuda, Mariana de Carcelén, y se sospecha que esa pareja ya tenía relaciones amorosas desde antes del asesinato, por lo cual Barriga se debió de haber mostrado interesado en asesinar a Sucre, para quedarse con su esposa. 

              Después del Congreso de Bogotá en 1830, Sucre se encontraba abatido debido a que no se pudo encontrar ni despedir del Libertador Simón Bolívar en Bogotá (por lo cual le dejó una carta) y también porque estaba preocupado por el resultado del Congreso y del futuro de la Gran Colombia, por lo cual estaba estresado y necesitaba regresar a Quito rápidamente para resolver sus problemas familiares. Estaba tan profundamente deprimido que hasta estuvo tomando licor con José Erazo en la Venta, aun sabiendo del peligro que corría juntándose con este oscuro personaje. 

             El Mariscal Sucre era un personaje muy importante, tal vez el único que quedaba que podía mantener unida a la Gran Colombia, y por esto habían muchas personas en contra de él, incluido el General Juan José Flores, pues si Sucre hubiera logrado regresar a Ecuador, tal vez nunca habría podido ganar tanto poder y no habría podido convertirse en Presidente de la República y gobernado por tantos períodos. A José María Obando se lo puede culpar del delito de omisión, por haber permitido que el Mariscal cruzase por aquellas zonas montañosas sin protección alguna, sabiendo del rencor que los pastusos le guardaban a Sucre debido a los excesos cometidos por el libertador en la guerra de independencia. 

              Después de haberse enterado de la muerte de su estimado Mariscal Sucre, Bolívar exclamó: "¡Santo Dios! ¡Se ha derramado la sangre de Abel!... La bala cruel que le hirió el corazón, mató a Colombia y me quitó la vida". Y procedió a escribirle una carta a la viuda de Sucre, expresándole sus condolencias y el profundo afecto que sentía hacia Antonio José de Sucre. 

                Con todas estas teorías, aún no podemos saber con exactitud las causas o los autores intelectuales del asesinato del Mariscal Sucre, pero sí está seguro de que vivirá siempre en los corazones de los ciudadanos de los países latinoamericanos liberados por este gran personaje, y será recordado en tiempos futuros como el gran héroe valiente que fue, y como otro gran libertador en la historia Sudamericana. 


Realizado por:
Daniela Sumoza

lunes, 1 de diciembre de 2014

TRASLADO DEFINITIVO DE LOS RESTOS DEL LIBERTADOR AL PANTEÓN NACIONAL

TRASLADO DEFINITIVO DE LOS RESTOS DEL LIBERTADOR AL PANTEÓN NACIONAL


Panteón Nacional de Venezuela - 01.jpg

El 28 de octubre de 1876 fueron trasladados los restos de El Libertador desde la Catedral de Caracas al Panteón Nacional, al igual que el monumento del escultor italiano Pietro Tenerari, por decreto del Presidente Guzmán Blanco. Este monumento estaba colocado desde 1852 en la Capilla do la Santísima Trinidad de la Catedral de Caracas, donde descansan los restos de la familia Bolívar (sus padres, hermanas, la esposa, sobrinos y antepasados de El Libertador).
Por disposición del General José Antonio Páez, durante su segunda presidencia, el Congreso Nacional decretó el 30 de abril de 1842, el traslado de los restos de El Libertador Simón Bolívar desde Santa Marta, Colombia. Había fallecido el 17 de diciembre de 1830, recibió cristiana sepultura en la Iglesia catedral de dicha ciudad, donde permaneció enterrado por espacio de doce años.
Al General y político colombiano, Pedro Alcántara Herrán, Presidente de la Nueva Granada, leal, fiel y constante amigo de Bolívar, le correspondió ordenar por decreto, la entrega de las sagradas cenizas de El Libertador. El 22 de noviembre de 1842, los restos son embarcados en la bahía de Santa Marta, a bordo de la goleta "CONSTITUCION", seguida de la fragata de guerra francesa "LA CIRCE" Y del bergantín "ALBATROS".


El 08 de diciembre la urna con los restos de El Libertador llegan al archipielago de los Roques, van a permanecer allí hasta el día 12, luego hacia el Puerto de la Guaira donde llegan el día 13. Cabe señalar que el convoy con la preciosa carga, toca puerto en los Roques; porque una de las naves sufrió una avería de uno de los mástiles, fue justamente la goleta "CONSTITUCION", donde iban los restos de El Libertador.
El día 16 a las cinco de la tarde, llegan los restos a Caracas acompañados de una numerosa comitiva. Una multitud lo acompaña desde la Puerta de Caracas a la Iglesia de la Santísima Trinidad. En hombros de viejos amigos, lo sigue todo el pueblo con ojos llorosos. Eran las diez de la mañana del 17 de diciembre de 1842, entre dobles de campanas y disparos de cañón, la procesión de inicio desde la Iglesia de la Santísima Trinidad, donde había pasado la noche, en la modesta capilla que años atrás construyera Juan Domingo del Sacramento Infante.

La procesión llego a la Iglesia de San Francisco donde se le rindieron las honras fúnebres. El Doctor José Alberto Espinosa, canónigo penitenciario de la catedral y rector de la Universidad Central, pronuncia la oración fúnebre. Con la solemne liturgia de la Iglesia y la conmovedora oración fúnebre del Padre Espinosa se cerró el acto. El día 23 de diciembre, a las nueve de la mañana, los restos son trasladados del Templo de San Francisco a la Capilla de la Trinidad, en la Catedral Metropolitana de Caracas. Aquí descanso El Libertador por varios años, hasta que fuera trasladado al lugar definitivo en el Panteón Nacional, el antiguo templo de la Santísima Trinidad.


EXHUMACIÓN DE LOS RESTOS DEL LIBERTADOR EN EL 2010




Informe donde se recogen los detalles de lo hallado y realizado en la exhumación de los restos de Simón Bolívar.

1) Un manto negro de damasco que envolvía el esqueleto.












2) Dos cajas de plomo soldadas a la urna las cuales contenían polvo. Restos provenientes del cuerpo, de la vestimenta, del calzado de El Libertador y un sobre de plomo que contenía un acta elaborada por la comisión encargada del traslado desde Santa Marta de los restos de Bolívar en 1842, firmada por el Dr. José María Vargas y por todos los miembros de la comisión.











3) El esqueleto ensamblado con alambres de plomo y plata, cubierto con barniz preservativo tal y como fue trabajado por el Dr. José María Vargas en 1843 y con los siguientes detalles: el cráneo aserrado horizontalmente, las costillas por ambos lados cortadas con oblicuidad como para examinar el pecho; los dedos anulares y la segunda falange de todos los otros dedos de las manos, excepto las de los pulgares, reconstruidas con cera de moldear al no haber sido halladas por el Dr. José María Vargas en 1843. Algunos huesos del metatarso y todos los dedos de ambos pies reconstruidos con cera de moldear. La dentadura casi completa con la ausencia de la última muela cordal de la izquierda de la quijada superior, sobre la cual el Dr. José María Vargas explica que fue vista junto a los restos pero que en 1843 ya no se hallaba con ellos. Todas las articulaciones o adaptaciones de los huesos del carpo, metacarpo y tarso reconstruidos con cera de moldear por el Dr. Vargas.














Después de haber verificado la existencia de todo lo anterior, los científicos acreditados por la Comisión Presidencial procedieron a:

1) Medir y describir los huesos del esqueleto encontrados.

2) Escanear algunos huesos con la idea de verificar posteriormente datos como la talla y el sexo.

3) Retirar 4 muestras dentales: dos frontales, 1 canino y 1 premolar de los cuales 2 fueron trasladados al Ministerios Público, 1 al IVIC y 1 al IDEA, laboratorios en los cuales se extrajo material de ellos para obtener el ADN. Además dos dientes superiores fueron retirados del cráneo, mientras que éste fue sometido a una tomografía con el objeto de garantizar su posible utilización para futuras investigaciones y futuras tomas de ADN. Los estudios que se hagan en los laboratorios del Ministerio Público, el IDEA y el IVIC facilitarán identificar el patrón de ADN de los restos que podrán contrastarse con el ADN de otros familiares como el caso de María Antonia Bolívar, cuyos restos están actualmente en la Catedral de Caracas y serán sometidos a estudios en el mes de agosto.

4) Se tomaron las siguientes muestras de tejido óseo: 2 cuñas de la cabeza humeral derecha, parte del cráneo a la que no se le hizo tomografía ni radiología para evaluar el ADN, una muestra del quinto arco bustal del lado izquierdo, una costilla, para investigar una posible infección por tuberculosis a través de dos tecnologías distintas, un fragmento de una falange de la mano izquierda para el ADN, una muestra del coxal izquierdo de la cara anterior donde se observó una lesión, posiblemente por secuela de tuberculosis. Esta muestra será evaluada por los patólogos; una muestra tomada de la cuarta vértebra dorsal que también parecía tener una lesión posiblemente por tuberculosis para los estudios correspondientes, un fragmento de cuña del mismo coxal izquierdo de la cara anterior. Todas las piezas dentales óseas fueron restituidas al esqueleto en las mismas condiciones encontradas.

5) Se hizo una tomografía del cráneo. Este estudio permitirá, con la aplicación de un software especializado, recrear una imagen computarizada y tridimensional del rostro de El Libertador. La recreación de la imagen del rostro de Bolívar puede posteriormente ser comparada con la iconografía conocida del Padre de la Patria.

Finalmente, el esqueleto perfectamente ensamblado, fortalecido, fue colocado en la urna de metacrilato, la cual fue sellada al vacío y atornillada con tornillos de oro de Guayana. Esta urna fue colocada en otra de madera de cedrillo llanero con el escudo nacional elaborado en oro incrustado en la tapa de la misma.



Realizado por:
Sanchez Betsabeth
Redondo Luisbelys
Gimenez Miyellis
Barrios Angelica